El deseo de poder no es una enfermedad pero se le semeja bastante a una terrible epidemia en el pensamiento humano. Esta enfermedad es mundial y está contaminando a millones de personas. El poder, el prestigio y el dinero fácil son las columnas torales de la actual sociedad fomentada por la educación, la cultura y algunos religiosos y espiritualistas despistados. Hay millones de personas empeñadas en conseguir poder, llevados por el terrible impulso que surge de la hipnosis colectiva y de la confusión en la vivimos la mayoría de seres humanos.