Las investigaciones indican que la conducta violenta o agresiva se aprende durante la niñez. Los padres desempeñan un papel valioso en la educación. Hay que tener claro que nuestros hijos sobretodo los pequeños, necesitan toneladas de amor y atención constante. Las relaciones fuertes y afectuosas dan al niño confianza y seguridad. Los niños aprenden siguiendo el ejemplo. Enseñe a sus hijos los posibles peligros que implica una conducta violenta.  La mayoría de veces los padres alentamos conductas agresivas sin saberlo. .  Un niño que ha visto violencia en su hogar no siempre se vuelve violento, pero tiene más probabilidades de serlo. Procuremos que nuestro hogar sea un lugar seguro y no violento.