La violencia en el hogar es usualmente contra la mujer. Hay hombres que están severamente enfermos y su comportamiento en el hogar refleja potencialmente su enfermedad. Estos hombres patean, abofetean, dan puñetazos o tratan de estrangular a sus esposas o compañeras; por si fuera poco, casos graves incluyen quemaduras, fracturas, hemorragias, lesiones internas y hasta discapacidad. En ocasiones la rabia lleva al agresor hasta el homicidio intencional.  El machismo, la falta de respeto hacia la pareja, el alcoholismo, la incredulidad de las mujeres o la vulnerabilidad facilitan con frecuencia la violencia familiar.