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UN NIÑO PARA PRESUMIR

Hay muchos padres que pierden la noción de lo que sus hijos deben aprender y la edad para hacerlo. Muchos centros educativos que ven la educación como negocio, amparados en docenas de técnicas de estimulación temprana ofrecen a los padres del niño pequeño (de 2 a 5 años), aprendizaje de lectura, idiomas, contar hasta cien, aprender a escribir y un sin fin de monerías más.  Somos una cultura tan competitiva que hasta nuestros niños en edad preescolar se han convertido en trofeos para presumir. Siendo común, tratarlos como si fueran mascotas comparándolos con otros niños y mostrándolos para que los vean los amigos, la vecina, la tía y quién sea; todo gratis, solo por mero gusto de lucirse con un mal entendido “orgullo de padres”. Y no es que estos niños sean más inteligentes, porque es claro que la inteligencia que se fuerza, se cultiva o se impone deja de serla.

¿Es un abuso sutil que al niño preescolar se le fuerce en un aprendizaje sistematizado? Lo que los padres sí tienen que aprender es que lo más importante que necesita todo niño de edad preescolar para su bienestar, demás de pan, abrigo y refugio, es jugar a sus anchas, mucha dedicación, cariño y amor.  Mejor junto a sus padres que en un colegio cinco estrellas.

Debemos saber que todo niño sano se desarrolla y aprende a su propio ritmo. Que ser el niño más listo o el más estudioso, nunca ha significado ser el más feliz y que los niños merecen vivir rodeados de libros educativos (acordes a su edad), naturaleza, utensilios artísticos, paz, silencio y de libertad para explorar.

Arturo Archila/Psicólogo Clínico