2,5 MILLONES DE AÑOS SIN APRENDER

Por diversas razones, algunas evidentes y otras más sutiles, en la actualidad se pone más el acento sobre la importancia de aprender a relacionarse. Las relaciones han sido siempre una faceta importante del vivir, pero no siempre las hemos llamado relaciones, ni hemos reconocido que respondan a propósito alguno, a no ser los más obvios: aliviar la soledad, satisfacer los deseos, asegurar la continuidad de la especie, proteger al individuo y la sociedad, experimentar el amor (una palabra totalmente ambigua, como bien lo sabe cualquier adulto), y favorecer los logros materiales. Todas ellas razones válidas según nos lo enseñan en la sociedad, buscando gratificación y con no menor frecuencia dolorosas.

Sin embargo, también se ha puesto de manifiesto que las relaciones, sobre todo, su mayor importancia está en el descubrimiento y la comprensión de sí mismo.

Si el ser humano tiene 2,5 millones de años de vivir sobre la tierra, y la única especie sobreviviente, los Homo Sapiens, nos estamos matando entre nosotros, es evidente que también tenemos 2,5 millones de años sin aprender a relacionarnos.

Arturo Archila /psicólogo clínico