Vivir en pareja nunca ha sido fácil y todo indica que confinados, es todavía más difícil. La dificultad de comunicarnos de manera efectiva y de manera afectiva se ha puesto de manifiesto durante la cuarentena. Pero no es un problema nuevo, más bien es un viejo problema que ahora se agudiza por el hecho que, ahora las parejas pasan más tiempo juntas reduciendo al mínimo las vías de escape.

Por otro lado, si a los viejos problemas le sumamos estrés, ansiedad, frustración, carestía; entonces la relación es como un polvorín de explosiones constantes. La comunicación, especialmente, no es diálogo sino discusión con hostilidad, críticas y demandas. Las parejas en conflicto también son altamente reactivas a nivel emocional y conductual de forma que hay agresión reciproca intensificando el deterioro marital.