Hay muchas cosas se pueden decir sobre el silencio. Hoy, para hacerlo simple, diremos que hay silencio exterior y silencio interior. El silencio exterior no necesariamente produce silencio interior. Esto se descubre, cuando estamos en un lugar libre de distractores externos, pero el bullicio interno del pensamiento continúa terco con su parloteo. El diálogo interior es la actividad verbal constante donde nos hablamos a nosotros mismos, dándonos instrucciones, advertencias, exhortaciones, repitiendo conversaciones pasadas e imaginarias. Hemos creído que el pensamiento se resuelve a sí mismo, por ello, en nuestro diálogo interior pretendemos decirnos lo que queremos escuchar: pensamientos de quietud, positivos o placenteros. Pero el hecho es que todo pensamiento, sea negativo o positivo, siempre es parte del bullicio. El pensamiento es un parlanchín que no soporta estar en silencio. Puede ser que para algunos, la constante actividad del pensamiento no sea un problema. Pero lo es y más aún cuando intentamos detenerlo. Entonces nos damos cuenta que su naturaleza es casi involuntaria. Pero, hay un silencio que está más allá del pensamiento, una función del cerebro que se llama Percepción Unitaria. Habrá que estudiar y aprender lo que es y no es la Percepción Unitaria, para vivenciarla y descubrir que es posible vivir en profunda paz, en medio del bullicio.

Arturo Archila/Psicólogo Clínico