desvalorizado1

Todos nacemos y vivimos en sociedad.  La relación unos con otros, es sin duda la más importante y se inicia desde que somos pequeños. En el niño la influencia de maestros, compañeros, amigos, y padres, es tremendamente significativa de cuyo conocimiento y relación emergerán maneras de pensar y comportarse.  Cuando el niño pequeño no adquiere pautas comunes, ni logra afirmar aptitudes o habilidades personales que le permita relacionarse adecuadamente, se forma en él sentimientos de desvalorización. Tener ideas de no ser aceptados por nuestra forma de ser, percibir cosas imposibles de realizar o compararnos con otros y considerar que no podemos igualarlos, puede llevarnos desde temprana edad a sentimientos de vergüenza, timidez, humillación o nulidad. Es importante ayudar al niño durante la infancia y adolescencia a ser persona segura y a tener confianza en que puede hacer cosas originales o no, pero bien hechas. Genéticamente cada uno de nosotros es único, irrepetible, es por eso que comparar un niño con otro es incorrecto.  Cada niño tiene sus propias habilidades y aptitudes. Nos corresponde a nosotros ayudarles a encontrarlas y que sepan que cada persona, hombre o mujer, es importante aquí en la tierra y el universo. Independientemente de nuestro color, cultura e idioma.