En 1775 el ingeniero francés Du Perron, presentó a Luis XVI un instrumento militar que, accionado por una manivela, disparaba simultáneamente veinticuatro balas. La máquina pareció tan mortífera al rey y a sus ministros que fue rechazada y su inventor fue considerado como enemigo de la Humanidad.  En el actual siglo XXI, a pesar de que infortunadamente se nos considera educados y cultos, fabricar y utilizar armas es aceptado y hasta justificado por millones de personas. La incoherencia de un mundo cada vez más enfermo se evidencia en el hecho que los cinco grandes países  custodios de la paz mundial en la ONU son además los principales fabricantes de armas.