LA MENTE

Dr. Rubén Feldman González

Junio 7 de 1997

En el Universo existe una realidad indivisa, un orden implícito que ha sido denominado “mente universal”, “conciencia universal”, “inteligencia universal”. En realidad este orden implícito del universo del cual habla David Bohm cuando se refiere a la Holokinesis, no está contemplado en la Teoría de la Relatividad ni tampoco en la Teoría Cuántica que le siguió en el campo de la Física.

Nosotros conocemos el Universo como -digamos así- lo que está lleno de materia y energía. Lo que empezamos a ver (recién estamos empezando a ver de una manera científica, directa, regulada, predecible, etc.) es la presencia de la mente como interfase entre la materia y la energía, lo cual significa que todo el universo está constituido por materia, mente y energía, que no son tres substancias diferentes sino que son tres aspectos de la realidad indivisa en el universo.

Cuando nos referimos al ser humano tenemos que usar un lenguaje pulido para ver qué significa esto en el ser humano. ¿Cómo puede el ser humano establecer contacto con ese orden implícito y esa realidad indivisa, un contacto consciente, qué significa ese contacto consciente y cuáles son sus implicaciones?

Empecemos por definir o intentar definir lo que es la palabra mente. En general cuando se habla de mente se habla de una mente genética, una mente homeostática y una mente epigenética. Nosotros podemos agregar la mente holokinética.

La mente genética es lo que ocurre en un organismo cuya forma ha sido pre-determinada por los genes y ese organismo de acuerdo a su forma tiene que establecer contacto con el ambiente, ese contacto tiene que estar determinado por la forma, es decir, por el gene. El ser humano tiene el dedo pulgar que lo pone en una posición muy especial en el reino animal, etc. etc. Y eso es mente. La forma predetermina toda la capacidad de dominio que tiene el hombre -un dominio aparente- sobre los demás animales, etc. etc. Estamos hablando de mente genética.

Además existe (todo esto en resumen) la mente homeostática. ¿Qué es la mente homeostática? Es la tremenda energía que se moviliza en el organismo (estamos hablando del ser humano) para mantener de manera constante lo que es la sangre -por ejemplo-. Es decir, que la mente homeostática con sus tremendos movimientos energéticos en el organismo humano, determina que la sangre mantenga su composición constante (sodio, cloro, glóbulos rojos, glóbulos blancos, etc. etc.) composición siempre constante -dentro de ciertos límites- a pesar de los cambios que hay en el ambiente, a pesar de los grandes cambios de temperatura (como en Alaska, donde yo vivo en 1997 para realizar una investigación, donde la temperatura va desde menos cincuenta y menos ochenta grados F a más cincuenta y más ochenta grados F), sin embargo, ¿qué ocurre con la sangre? ¿qué ocurre con el organismo? Su composición se mantiene constante. A pesar de que el organismo humano tiene que crecer en los primeros veintiún años de su vida, a pesar de todos los cambios que se necesitan para que los huesos, la piel, los músculos crezcan y que todo en el organismo crezca, se mantiene constante la composición interna del organismo. Esa es la mente homeostática que requiere por cierto, un despliegue tremendo de energía a lo largo del tiempo en ese lugar que es el organismo del ser humano.

Desde la mente genética y homeostática emerge la mente epigenética. Mente epigenética es lo que se va desarrollando a partir del nacimiento con todas las influencias del ambiente familiar, social, climático, cultural y educativo. En la mente epigenética nace la idea de yo (a los 24 meses de vida extrauterina) que sigue evolucionando hasta volverse lo que el adulto cree ser (ó bien un homicida o un suicida). La mente epigenética es la memoria (conciente e inconsciente), el pensamiento y su producto (el yo) que es todo lo que conocemos.

Ahora bien, lo que recién se nos vuelve aparente gracias a David Bohm y gracias a los diálogos que él sostuvo con Krishnamurti, etc. y gracias a aquellos que nos hemos tomado en serio todo esto y lo hemos ido comprobando en nuestra vida diaria, es posible un contacto con el orden implícito de la realidad indivisa del universo con algo que denominamos la Percepción Unitaria.

La mente holokinética no es algo diferente ni algo más exquisito que lo que es la mente genética, la mente homeostática y la mente epigenética. La mente holokinética es algo así como lo que engloba a la mente genética, epigenética y a la mente homeostática pero va más allá que ellas tres. Con esto estamos diciendo que la mente holokinética en su forma -que es la Percepción Unitaria- engloba al pensamiento y va más allá de él. Esto es lo más difícil de entender porque todo lo que conocemos es pensamiento, la cultura humana ha sobrevalorado el pensamiento en los últimos cinco mil años de una manera absolutamente fascinante pero también increíble porque el ser humano ha llegado a creer a pie juntillas que lo único que él es, es el pensamiento, y ese pensamiento es lo único que el ser humano conoce y dentro de esos límites de pensamiento, o sea de condicionamiento, es donde se mueve el ser humano.

Entonces, lo que estamos viendo, es que existe una realidad indivisa en el universo, que Bohm denominó el orden implícito, que a través de la holokinesis que es el movimiento de aquí hasta aquí que existe en todo el universo, ese orden implícito se vuelve explícito de la manera en que conocemos todo los elementos de la materia y todas las formas de energía, la energía nuclear, la energía electromagnética, la energía débil, la energía gravitacional, etc.

Extraído del libro: «LA MENTE Y LA REALIDAD INDIVISA»,      de Rubén Feldman González.

Para profundizar en el tema recomendamos los siguientes sitios:

www.percepcionunitaria.org

holokinesislibros.com