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Escrito por el Dr. Rubén Feldman González, iniciador de la Psicología Holokinética

La Psicoterapia Holokinética es pasar de C a B con el mínimo uso de la palabra.
Esto beneficia por igual al terapeuta y al paciente, por la VIVENCIA EN EL Ámbito B (Percepción Unitaria).
Todas las definiciones y técnicas existentes de psicoterapia se derrumban ante este hecho.
La narrativa de la historia del paciente se vuelve irrelevante.
La historia del paciente es su yo.
Pero la Psicoterapia Holokinética no busca mejorar el yo.
En Percepción Unitaria (B) se disuelve el yo que no cumple su función de operar, predecir, recordar y planear.
En PU el yo pasa a la memoria inconsciente, pero no “mejora.”
Cuando regrese a la conciencia el yo no funcional sigue su persecución de provecho, prestigio y seguridad imaginaria.
Hay unas 32 psicoterapias. Que no nos asombre que se invalide a la psicoterapia en la sociedad..
El terapeuta no holokinético, confundido por las 32 psicoterapias previas a la holokinética, se arroga el derecho de inventar sus propias técnicas y palabras y hace una “ensalada ecléctica.”
Esto no puede ocurrir en la psicoterapia científica holokinética.
Salir de C es el primer paso a liberarse de la hipnosis y la degeneración de la sociedad en que vivimos.
Esto no es posible sin la paz y la energía de la Percepción Unitaria.
El Ámbito C imagina nuevas psicoterapias basadas en las leyes del pensamiento: dualidad, ciclismo, hipnosis, temporalidad, egocentrismo, incoherencia y gran influencia del inconsciente.
La energía que encuentra el paciente en Psicoterapia Holokinética se basa en la libertad de estas siete leyes del pensamiento, que no existen en la Percepción Unitaria.

Cuando el tiempo (yo) se hace irrelevante comienza la libertad psicológica.

El conflicto (Miedo, Rabia o Tristeza) está en el presente vivido en el Ambito C.
Este conflicto desaparece en PU (ya).
No hay que ir a buscar su origen en el pasado. Esto significa un entretenimiento o una tortura.
La psicotransformación de la PU ocurre en el Ya, no es un proceso gradual.
En la primera sesión (que pueden llegar a ser 12) el paciente ya siente algo de la profunda paz de la PU.
Hay que educar al paciente en las mentiras de las 32 psicoterapias anteriores, sobre todo la mentira que la mejoría será gradual, en algún momento del futuro.
Otra mentira es que hay un fin para la psicoterapia.
Si bien se necesitan unas 12 sesiones para aprender la PU, el paciente debe entender que ahora pasa a ser su manera de vivir, independiente del psicoterapeuta.
El paciente se reeduca y debe entender las bases de la mente, los ámbitos A, B y C.

 

Para profundizar en el tema le recomendamos visitar

www.percepcionunitaria.org

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