Todo niño necesita una relación fuerte y afectuosa con un adulto preferentemente la de sus padres para sentirse seguro y desarrollar un sentido de confianza. Si el niño establece una fuerte relación de respeto y amor mutuo, con padres que participan de su vida y en especial durante su infancia, hay menos probabilidades que desarrolle problemas de conducta y delincuencia. Educar un hijo no es fácil. En realidad, nadie debería tener hijos a la ligera por las razones que sean. Esto es lo que se ha aprendido y es lo que trasladamos sobretodo a las nuevas generaciones. Toda persona antes de tener hijos debe resolverse primero a sí misma. Y no estamos hablando solo de pan, abrigo, refugio, educación y salud, sino de mucho más. ¿Cómo puede educarse un niño si el padre o la madre tienen una psicología no resuelta: con temor, adicción, irascible, con mal carácter, ansioso, con costumbres que no facilitan el orden, la higiene y la limpieza, supersticioso, poco estable, con exceso de autoridad o con escasez de ella? Es muy probable que la responsabilidad de educar a otro ser humano sea una de las más grandes que se puede llegar a tener. Sin embargo, es importante tener claro que un ser humano no resuelto no puede educar a otro sino desde el trasfondo de su propia confusión y complejidad.
Arturo Archila/Psicólogo Clínico