miedo a la oscuridad

 

 

 

 

 

En nuestra infancia, ¿Quién no sintió miedo a la oscuridad?  Hay muchas razones por las cuales un niño puede tener miedo a la oscuridad. La imagen de una película, el estímulo de un cuento, algún comentario cruel, pueden excitar la imaginación y el miedo.  Algunos padres se preocupan, otros se enoja y hay quienes hasta castigan a sus hijos cuando le irrumpen el descanso por el temor a estar solos, a la oscuridad o a ruidos extraños. Es importante comprender que un niño relaciona la oscuridad con soledad y desamparo. Es común que en la penumbra se faciliten distorsiones visuales o auditivas y darles significado de peligro angustiante.  ¿Qué se puede hacer?  No se le debe regañar, ni castigar, ni obligarlo a que se duerma; lo que necesita es seguridad y confianza. Evite que vea programas violentos o de miedo sobretodo antes de acostarse. Evite comentarios de miedo o violencia delante de ellos; en cambio es conveniente prepararlos para dormir leyéndoles un cuento bonito. Explicarles que todos tenemos miedo y no por ello se es inferior o cobarde.  Si el niño desea irse a la cama de sus padres, es mejor que uno de los padres se vaya a la cama de él, para acompañarlo un ratito, de esta forma aprenderá a respetar el espacio de sus padres, a apreciar el suyo y a identificar que no hay motivo para temer.